A ESCONDIDA
A escondidas,
Tras la cascada tibia de tus ojos
anda mi sombra
como un ermitaño que trae a cuesta
toda la sal que le ha legado
el transito agreste de los años
y que procura abrevar en la estancia fresca de tu boca.
A escondidas,
como fantasma que ha perdido
la costumbre ancestral de sus maldades
y se viste de colores y algodones para unirse a las inocentes travesuras de los niños
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