lunes, 26 de abril de 2010

QUE SUERTE








Que suerte poder despertarse en la tibia mañana de tus ojos

Y sorber el rocío infinito y delirante de tus besos
Porque la noche nada sabe de tu sombra
Y la luna es cómplice de tu risa
Mientras la mar pierde el amargo de sus aguas
en la tibieza dulce de tu boca
el universo huérfano de sol,
se adentra en tus ojos procurando
calentar su cicatriz

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